No hay duda de que tanta tecnología
nos tiene a mil. Andamos corriendo y quejándonos de que el tiempo no alcanza. Y
es que hoy todo se simplifica desde las pantallas de nuestros computadores, teléfonos
celulares, iPads, etc. haciendo de nuestra vida un poco más práctica y rápida,
pero a un costo del que muchos aun no son conscientes, costo, no me refiero al
valor económico de los aparatos que facilitan supuestamente nuestra
cotidianidad, sino al costo que para nuestra propia salud, armonía espiritual y
familiar implica el poseerlos dando mal uso de sus bondades.
Hoy en día, es mucho más rápido
encontrar las respuestas de las tareas escolares en Internet, solo navegando por
Bing (sin mencionar su competidor en honor al trabajo de mi esposo en
Microsoft) que elaborar un proceso de pensamiento y análisis propio de una metodología
de investigación. Es mucho más fácil, enterarse de la vida y obra de un vecino
a través de Facebook que invitarlo a casa a tomar café para compartir y abrir
la puerta a una nueva amistad. Es más fácil mandar un ramo de rosas cibernético
en una tarjeta, de esas que además incorporan música, que ir a escoger unas
flores hermosas con exquisita fragancia, de esas que además adornan las salas
de nuestras casas con sus bellos colores. Es mucho más fácil mandar un mensaje
de texto pidiendo perdón, que tener la valentía de abrir la boca y exclamar con
el corazón pungido y la voz entre cortada un " lo siento, perdóname".
Es mucho más fácil distraer a nuestros hijos con los video juegos, que sentarse
con ellos a inventar nuevas entretenciones y dejarse llevar por la imaginación,
es más fácil que ellos opriman botones que comprarles materiales para que sus
manos sean las autoras de grandes diseños, es más fácil comprar comida
congelada en el supermercado , llegar a casa y servir la cena directamente del
microondas a la mesa, que ir al mismo supermercado y escoger comida saludable y
fresca, llegar a casa , poner las ollas en la estufa y preparar una delicia
para disfrutar en familia......
Sí, es muy fácil, pero muy fácil
caer en la practicidad a la que nos lleva la vida, es muy fácil seguir el ritmo
que impone una sociedad atareada de nuevas tecnologías y por ende, de nuevos
patrones de comportamiento, pero que tan difícil es centrarnos en nosotros mismos,
en nuestra individualidad y en lo que Dios ha planeado para quienes decimos llamarnos sus hijos. Pero he ahí donde esta el problema. Vamos muy rápido, repetimos lo que
los demás hacen sin parar a tomar aire, sin pensar por un momento hacia a donde
nos puede llevar el abuso de tanta practicidad y sí por el contrario, tenemos el tiempo para quejarnos por
la pérdida de valores, por la falta de privacidad, por la carencia de
razonamientos lógicos y aptitudes de nuestros hijos, por los "nuevos conceptos" de
familia y hasta por la obesidad, solo por mencionar algunas de nuestras
preocupaciones.
Una cosa es cierta. Dios ha
permitido el desarrollo de la tecnología para nuestro beneficio, pero El nos ha
dado libre albedrío para tomar decisiones y eso incluye cada uno de los
aspectos de nuestra existencia." Todas las cosas me son lícitas, más no todas
convienen; todas las cosas me son lícitas, más yo no me dejaré dominar de
ninguna (I Cor.12).
Depende de nosotros la
preferencia por lo práctico o lo difícil, o mejor, depende de nosotros el
manejo que le demos a la practicidad y a la dificultad. Lo práctico
generalmente conlleva al mínimo esfuerzo y el mínimo esfuerzo conduce a la
velocidad en las acciones reduciendo el pensamiento, las ideas, la capacidad de
aprender. Lo práctico casi que nos acerca a la mediocridad. Por el contrario,
lo difícil nos lleva por el camino de la creatividad y la creatividad nos ayuda
a generar soluciones y alternativas, desarrolla nuestra potencialidad,
autenticidad y hasta nuestra auto estima. La dificultad nos acerca a un grado
de excelencia en lo que somos y en lo que hagamos.
Volvamos a lo difícil,
usemos lo práctico sin caer en el facilismo, alimentemos nuestra esencia,
aquella que Dios sembró en nosotros cuando nos hizo humanos y no robots.
Humanos, diferentes el uno del otro, viviendo en el mismo mundo pero no por ello
enajenados. Dejemos la prisa, bajemos el ritmo y tomemos aire,
veremos que sí hay tiempo para lo más difícil, porque después de todo, lo difícil
produce lo que realmente conviene y el hacerlo, forma parte del propósito que Dios tiene para nuestra vida. Piensalo, Esto es Contigo, esto es para ti, y para todos los que quieran hacerlo si disponen su corazón para vivir dentro de la conveniencia de la dificultad.
Me encanta lo que acabas de escribir!!
ResponderEliminarSigue con toda esta pasion y alimenta tu esencia... que al fin y al cabo ... Esto es Contigo!!!
Te amo
Gracias por amarme, mi querido anonimo.
EliminarPili,
ResponderEliminarMe encanta tu documento, profesional y sin perder el piso de lo terreno y espiritual. Algo que yo siempre ando buscando como mama que trabaja.
Gracias.
Gracias Lliana por tu comentario.Ojala muchas mamas como tu mantuvieran su corazon abierto a esa busqueda...el equilibrio es posible si el corazon esta dispuesto.Ojala sigamos en contacto por este medio.
EliminarPili
Pili, eres brillante, impactante, y Dios te usa cada dia para bendecir a los demas. Eres muy, pero muy especial, te adoro con mi alma!
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